La importancia de evaluar las políticas públicas en educación
Los procesos de mejora de la calidad educativa implican recorridos diversos y definiciones estratégicas de políticas públicas que incluyan las voces y los intereses de todos los actores de la comunidad educativa. En ese sentido, existen varios niveles y dimensiones que pueden y deben ser evaluados: los aprendizajes que tienen lugar en el aula, la escuela como institución integral, las políticas públicas pensadas para fortalecer aspectos puntuales de ese sistema.
En lo que respecta a la evaluación de políticas, planes, programas y proyectos, en las últimas décadas han habido avances y cambios con respecto a las concepciones y los modos de evaluar, principalmente se ha avanzado desde un enfoque focalizado en la medición de los resultados de implementación (o inmediatos) a otro donde prima la mirada en los resultados de impacto (o el logro de los objetivos). Estos cambios responden a una tendencia mundial de formulación de políticas basadas en evidencias y de instauración y fortalecimiento de una cultura evaluativa en todos los niveles del Estado.
El monitoreo y la evaluación son herramientas fundamentales, ya que, como expresa muy bien Olga Niremberg, los procesos evaluativos (no importa de qué tipo de evaluación se trate), siempre terminan con recomendaciones para la acción futura (Niremberg; 2013).
¿Cómo estamos avanzando?
Desde la Subsecretaría de Calidad e Innovación Educativa se inició un camino hace dos años para conformar y sostener un equipo de monitoreo que acompañe a los planes, programas y proyectos que se ejecutan a través de una de las tantas líneas de financiamiento de las que dispone el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología: el Programa 29
Pronto este acompañamiento en la planificación, la ejecución pedagógica y administrativa, la construcción de indicadores y la medición de resultados, se extendió a algunas otras líneas de acción más allá del Programa 29 y comenzaron a surgir alianzas estratégicas en función de la profesionalización de los equipos técnicos y apuntando siempre a la idea de eficientizar los recursos y los procedimientos y de diseñar políticas educativas oportunas y basadas en evidencias.
Acuerdos para favorecer futuros procesos de planificación
El martes 12 de junio en el Colegio Secundario Arturo Illia (Mitre 468) se llevó a cabo una jornada de acompañamiento y monitoreo de las acciones financiadas por el Programa 29 dentro del Plan Operativo Anual Integral 2018.
En esta ocasión estuvo presente el equipo de monitoreo del Ministerio de Educación de la Nación, el equipo de monitoreo provincial y cada una de las líneas de acción incluidas en el POAI.
El objetivo central de la jornada fue la sistematización de información relacionada con procesos y desarrollos pedagógicos y la revisión de los criterios de programación de las políticas llevadas adelante por la jurisdicción. Para esta reflexión, estuvieron presentes los referentes de las Direcciones de Nivel (inicial, primaria, secundaria, educación de adultos), los coordinadores de las Modalidades y coordinaciones (educación especial, artística, rural e intercultural bilingüe, contexto de encierro, coordinación de políticas socioeducativas y coordinación de educación física) y responsables de la Secretaría de Ciencia y Tecnología y de la Subsecretaría de Calidad e Innovación.
Como parte de las reflexiones compartidas, Alexis Panozzo, del Ministerio de Educación de la Nación, manifestó la importancia de articular el trabajo efectuado en los diferentes niveles para poder tener un horizonte claro generando estrategias de acompañamiento coherentes que permitan fortalecer las trayectorias escolares y contemplar todo tipo de situaciones que generan bajos niveles educativos. Panozzo agregó que desde los estamentos de supervisión, equipo docente y directivos junto a la comunidad educativa es importante estar a tono con las nuevas estrategias educativas, pensando en la innovación educativa y cómo varía el esquema áulico según la convivencia de jóvenes heterogéneos, es decir de diferentes edades compartiendo el mismo espacio.
Por su parte. Marta Merlo, directora del Nivel Secundario, expresó claramente el espíritu del trabajo realizado durante la jornada a través de una conclusión importante: hay una debilidad común en todas las direcciones de nivel, ya que se planifica sin pensar en la articulación y focalizándonos sólo en capacitar sin poner en práctica ese conocimiento en las aulas.
Encuentros como el desarrollado el pasado martes, plantea y potencia desafíos jurisdiccionales hacia una cultura evaluativa que centre su mirada en la gestión institucional y pedagógica a fin de avanzar en la calidad educativa.