Maria Zysman: “en las pruebas aprender seis de cada diez chicos dijeron haber vivido situaciones de bullying”
A través de talleres de prevención en materia de cyberbullying con chicos de escuelas primarias realizados en el Cine Hogar Escuela (Salta) y en todo el país, Zysman sostiene que el ciberbullying va de la mano con las historias de vida sufridas en el alumno dentro y fuera de su entorno familiar. “El gran problema ahora es que los padres también están muy dedicados a sus propias redes y a veces los chicos necesitan su atención para enfrentar una determinada situación” sostiene la especialista. En este sentido hay una tendencia al excesivo consumo de la telefonía móvil, las redes sociales que generan hábitos desterritorializados capaces de romper toda relación con la realidad e identidad de una persona.
El fenómeno de ciberbullying potenciado en el habitus escolar hace que los estudiantes, docentes e incluso los padres reproduzcan esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a un estilo de vida automatizado. Esto significa que “hay adultos que, en lugar de contener una situación de bullying, a veces no la ven o la han naturalizado sin poder visibilizar el problema planteado” afirma la psicopedagoga dejando en evidencia no solo la problemática concreta en las instituciones educativas sino también en el propio hogar. Esta misma situación sucede cuando el acoso excesivo llega a las redes sociales y la humillación se vuelve una tendencia que se viraliza en todas direcciones. “El bullying y el ciberbullying muestran que algo está mal. Es algo que se refleja en la sociedad, en los adultos, en la violencia cotidiana” y adquiere forma en el desempeño cognitivo cuando el niño no puede concentrarse en sus tareas escolares ni tampoco tiene tiempo de resolver sus inquietudes personales.
Zysman considera que para mejorar el desempeño académico en los estudiantes es necesario que se recupere el contacto con la realidad palpable; poder realizar un ejercicio que implique desnaturalizar hábitos de hiper exposición como así también un manejo responsable de las redes sociales dentro y fuera de casa. “Hay que establecer prioridades, apagando el celular 15 minutos, y de esta manera construir todos los días un dialogo” tangible que permita mejorar la comunicación de padres e hijos, alumnos y docentes concluye la especialista.
La frustración es un sentimiento de impotencia, una respuesta emocional que emerge cuando ciertos deseos y expectativas no pueden ser cumplidos. No poder resolver los sentimientos de frustración que acarrea el ciberbullying, la humillación entre otras problemáticas puede llegar a provocar desmotivación y abandono de todas las metas y proyectos en cualquier plano de nuestras vidas.
María Zysman es psicopedagoga y directora de la asociación civil Libres de Bullying, por lo que fue convocada por la empresa Ángel Estrada (de productos Rivadavia) en su programa de responsabilidad social empresaria para realizar talleres de prevención del cyberbullying con chicos de escuelas primarias del país.
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